Aquí tenéis el post de la semana como cada viernes, en el que os voy a contar mi experiencia en el camping Torre de la Mora, en Tarragona.
Bueno, lo primero de todo, ¿Como van estos días de calor?
Toca playa ya, ¿no?
Torre de la Mora es un lugar privilegiado.
Entre montañas verdes que rebosan naturaleza y una playa de arena fina por la que da gusto caminar.
El camping está a pie de esta maravillosa playa de la que hablaba.
En esta ocasión nos alojamos en una tienda Glamping con vistas al mar.
Como ya sabréis el término Glamping es una mezcla de las palabra Glamour y Camping.
Y es un acierto llamarlo así porque realmente une estas dos cosas.
Bueno, una vez dejada la maleta en nuestra tienda Glamping y ver que el reloj ya marcaba el mediodía, empezamos a hacer la ruta de inspección por las instalaciones del camping Torre de la Mora.
Y lo primero que hicimos como te puedes imaginar si ya me vas conociendo es ir al restaurante de la piscina y comer.
Restaurante:
En esta ocasión pedimos un arrocito.
¡Qué bien se estaba en la sombrita con esas visitas a la piscina!
Después de tumbarnos a hacer un rato la digestión y tomarnos el cafelito me puse al sol, me empezó a entrar el caloret y me di un baño para probar el agua.
¡Qué maravilla de piscina!
Ya refrescado, con la panza llena y tan a gusto como estaba me quedé frito en las tumbonas de los jardines que rodean la piscina.
Si has leído el post sobre el Camping Vendrell Platja verás que los dos campings pertenecen al mismo grupo y destacan por la ubicación y las enormes piscinas que tienen.
Instalaciones:
Todas sus instalaciones son estupendas.
Al atardecer nos subimos a un mirador que hay dentro del mismo camping con unas vistas al mar que parece que sea infinito desde ese punto de vista
Desde allí puedes ver como se esconde el sol entre las montañas que dan a la costa.
Y desde ese punto puedes vislumbrar prácticamente Tarragona.
Por la noche cenamos algo ligero que compramos en el supermercado del camping.
Es supermercado es super apañado y encuentras de todo.
Cenamos en la tienda.
Era esa típica cena recién duchado, con los mofletes rojos del sol y cansado de una tarde de piscina que sienta tan bien.
Teníamos una temperatura muy agradable.
Se escuchaba el sonido del mar.
Esa noche dormí como hacía tiempo que no dormía, del tirón y más a gusto que un bebé en brazos.
Al día siguiente la misión era clara.
Conocer la zona.
Entorno:
Este camping es perfecto para conocer el entorno.
Hacia un lado tiene junto a él un bosque de pino de esos de pura esencia mediterránea donde encuentras caminos entre los pinos con mucha sombra.
¡Cómo me gusta eso!
Es de mis paisajes favoritos.
Donde vas caminando y te encuentras varias calas casi escondidas.
Algunas nudistas pero también se puede ir con ropa.
No se van a quedar unos pocos solos con esos increíbles espacios jejeje.
Toda la costa está formada por rocas con acantilados, con la excepción de dos calas de especial belleza en las que darse un chapuzón si el calor aprieta: la Cala de Roca Plana y la Cala Fonda.
Ésta última también es conocida como playa Waikiki, una playa nudista muy popular entre los bañistas.
Hacia el otro lado del camping, te encuentras una playa larga de fina arena más familiar.
Nosotros nos fuimos a las calas, paramos en Waikiki.
Y comimos unos bocatas que habíamos preparado antes de salir.
Pan con embutido y algunas latas de conservas para hacer el aperitivo.
Unos berberechos.
Unas patatas fritas de bolsa.
Lo cargamos todo en una mochila nevera de campingaz que son geniales para estas ocasiones y tiramos para la playa.
Bien de bebidas frías con hielo y algo de comer y ya tienes el plan perfecto para echar el día en la playa hasta que se vaya el sol o se acaben las provisiones.
Nos hizo un día de playa espectacular.
Suerte que uno de mis amigos es como un abuelo y lleva siempre sombrilla, porque si no nos habríamos quemado pero bien jajaja.
Al volver al camping nos apetecía cenar en el restaurante de la piscina.
Unas tapitas, un picoteo y con el cuerpo de todo el día al sol nos fuimos a dormir.
Al día siguiente y como somos muy deportistas (mentira, jajaja pero a veces nos da el punto) aprovechamos el gimnasio del camping.
Está situado en la parte alta y puedes hacer bici o correr mientras disfrutas de unas buenas vistas.
Y para rematar partido de pádel.
Después de hacer hambre salimos a dar un paseo por la parte de la playa más familiar y encontramos varios locales para comer.
En esa ocasión comimos en Mora Mar.
Comes con vistas al mar.
Nos costó despedirnos porque la experiencia en el Camping Torre de la Mora estuvo de lo más entretenida y solo con esas vistas ya te relajas y te lo tomas todo de otra manera.
Es de mis sitios favoritos junto al mar y en un entorno natural en el Mediterráneo.
En conclusión:
Si a ti también te gusta la combinación de playa-montaña-buen clima seguro que este camping te encantará.
No olvides llevarte crema solar, agua (aunque sea para intercalar) y una sombrillita si no vas con ningún amigo con alma de abuelete.
Un abrazo.
Hasta la próxima.
Por cierto si quieres ver mi experiencia completa la tienes en instagram